Quema de Humedales en el Delta del Paraná (frente a la ciudad de Rosario), Santa Fe, Argentina[1]

Dic 14, 2022 | Artículo Ciencia Digna_N02

Cornaglia, Mauricio[2]

Introducción

El Delta del Paraná comprende islas que pertenecen a las provincias argentinas de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. El extenso y caudaloso río Paraná separa estos territorios de varias localidades costeras.

El fenómeno de las quemas afecta, por un lado, a los seres vivos que forman parte de los ecosistemas incendiados, y por otro, a las personas que habitan las comunas y ciudades más cercanas, alcanzadas por el humo, provocando graves problemas en la salud.

Los agronegocios tienen múltiples efectos, más allá de las zonas donde se aplican los venenos que enferman y matan. El caso considerado en este informe es un eslabón más del modelo de saqueo, concentración de riquezas, envenenamiento, expulsión de comunidades, enfermedad y muerte.

Desde hace varios años, diversas organizaciones socioambientales vienen estudiando, investigando, denunciando y acompañando a los pueblos fumigados (víctimas directas del modelo de producción, causa principal de las quemas). Los incendios comenzaron en febrero del año 2020 y actualmente (mayo de 2021) siguen apareciendo algunos focos.

Metodología

El texto recoge, por un lado, las voces de isleñas e isleños. También reúne documentos de organizaciones defensoras de los humedales, universidades, medios de comunicación (independientes y comunitarios) y agencias meteorológicas, que monitorean la zona diariamente. Durante todo el proceso investigativo, se priorizaron los decires de las comunidades que habitan las islas. Respetando sus tiempos y sentires. Siendo fiel a esas personas y a la propia naturaleza.

Resultados de la investigación

Contexto social y ecosistémico

Los/las habitantes de las islas desarrollan una vida relativamente tranquila. Poco confortable, si se tiene en cuenta la precariedad de sus viviendas, pero sin factores ajenos a la naturaleza que alterara su cotidianidad.

En su gran mayoría son familias enteras dedicadas a la cría de gallinas, cerdos y ganado vacuno (a escala menor). También tienen cultivos para consumo familiar. Muchos/as son pescadores y apicultores. Algunos/s son artesanos/as, trabajando el mimbre y el junco.

Viven absolutamente interconectados/as con el ambiente habitado, sin necesidad de recurrir a todo lo vinculado a la urbanidad. Disfrutando de cada rincón del territorio, utilizando del mismo sólo lo necesario. Adaptándose a cada época del año sin modificar nada de lo que el espacio les ofrece.

Frutas, flores, montes, lagunas, riachos, arroyos y una enorme diversidad de animales son su escenario.

Viven fomentando y practicando encuentros con otros lugareños, para celebrar fiestas familiares y/o patrias. Compartiendo distintas disciplinas artísticas. Paralelamente, niñas y niños asistiendo (en pequeñas canoas) a las escuelitas del lugar.

Para las/los pescadores de localidades cercanas, llegar a la zona es realmente una enorme felicidad, por la tranquilidad que siempre les ofreció. Vegetación abundante y variada, decenas de especies de aves, un número importante de peces que les permite asegurarse el sustento diario. Cielos limpios, aire puro. Y para los visitantes (urbanos), que van con fines recreativos, es el espacio ideal para romper con la acelerada vida de la ciudad.

Distintas afectaciones a la naturaleza

Los incendios (intencionales) de los Humedales en el Delta del Paraná han puesto en riesgo a los mismos y a los seres vivos que allí habitan, incluidos seres humanos. Han generado la devastación de especies vegetales (muchas de ellas nativas).

Están siendo alcanzados por los fuegos, entre otras, especies vegetales como curupí, timbó, ceibo, espinillo, rama negra, fresno, sauce. De la misma manera, se observa la muerte de centenares de especies de animales y la obligatoriedad de muchas otras a emigrar.

Numerosas abejas, reptiles, anfibios, mamíferos y otros animales han desaparecido. Los anfibios son los más afectados por ser los más lentos y con mayores dificultades para escapar. En ese sentido, las aves son las más beneficiadas en el corto plazo, pero de todas maneras no podrán regresar a sus hábitats naturales. Y quedan claramente arrasados los nidos de las que tienen sus crías en el suelo.

Cuis, carpincho, gato montés, comadreja colorada, lagarto overo, yarará, liebre, nutria, garza, cigüeña son algunas de las especies desaparecidas.

El fuego, al remover la cobertura vegetal, remueve también la materia orgánica que se incorporaría naturalmente al suelo en un ciclo normal, dejándolo a su vez expuesto a la erosión tanto hídrica como eólica, lo cual potencia el proceso de pérdida de materia orgánica. Esa materia orgánica es la base del alimento de los peces que ingresan con la crecida del río a las lagunas internas a desovar, los que también se verán afectados, ya sus alevines no tendrán alimentos.

Los humedales son reservorios de importantes bienes naturales. Al mismo tiempo que albergan una enorme cantidad y variedad de especies animales y vegetales, regulan tanto el nivel del río Paraná como sus caudales e inundaciones. Retienen agua y proveen la misma para múltiples usos. Preservan flora y fauna (rara y amenazada).

Todas estas funciones han sido brutalmente vulneradas.

Sus arroyos, riachos y lagunas, que en otros momentos han servido para interrumpir las líneas de fuego, en esta ocasión, debido a la gran bajante del principal río (Paraná), se han transformado en enormes espacios de combustión, que facilitaron la expansión de los fuegos. Los que conservaron algo de sus aguas están siendo aprovechados por los depredadores, al encontrar en ellos facilidades para la pesca.

Un verdadero “ecocidio”.

Los lugareños y lugareñas tuvieron que abandonar todo lo que realizaban anteriormente y dedicarse a sofocar focos de incendio y prepararse para situaciones que puedan repetirse.

Intentar salvar la vida de los animales se transformó en una rutina, y cada tanto tener que enfrentar, también, a algunos de los responsables de las quemas (grandes productores ganaderos y emprendedores inmobiliarios).

La tristeza invadió sus vidas, sus cuerpos cansados, sus costumbres vulneradas y archivadas hasta poder recomponer, de alguna manera, los espacios violentados.

Los/as apicultores/as perdieron absolutamente todo y los/las pescadores/as están reinventándose, procurando recurrir a otras zonas y, en algunos casos, teniendo que buscar otra forma de subsistencia.

Actores importantes relacionados con el problema

Hasta el momento se llevan incendiadas más de 330 mil hectáreas. Esta vulneración a los derechos de la naturaleza comenzó en el mes de febrero del año 2020 y continúa hasta estos días.

Si bien la afectación es multicausal, el principal motivo es la quema de pastizales para regenerar alimento para el ganado vacuno. En ese sentido los responsables son varias decenas de grandes productores ganaderos, quienes llevan sus miles de animales a las islas porque fueron priorizando territorios en el continente para el monocultivo de soja transgénica (y en menor medida, maíz).

Paralelamente avanzan los emprendedores inmobiliarios con sus proyectos (barrios privados y espacios de recreación para una porción muy pequeña de la población).

Los municipios involucrados, los gobiernos provinciales y las autoridades nacionales no tuvieron políticas de prevención. Por el contrario, habilitaron actividades, emprendimientos y proyectos que no han respetado en lo más mínimo los ciclos biológicos y evolutivos.

De esta manera se está violado la Ley General del Ambiente (25.675), la Ley de Manejo del Fuego (26.815) y fundamentalmente el Artículo 41 de la Constitución Nacional.

Al mismo tiempo no se tuvo, ni se tiene en cuenta, el PIECAS (Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná). Este fue creado en el año 2008 como consecuencia de otra notable quema, aunque de menor magnitud que la actual.

Reparación

Para lograr la reparación de la zona afectada será fundamental el aporte de recursos económicos y el esfuerzo conjunto de profesionales y especialistas, del gobierno nacional y provincial y de las autoridades de las localidades involucradas.

Pero por sobre todo eso, si honestamente se pretende reparar el enorme daño, lo que no debe faltar en cada uno de los pasos a dar, es la voz, la experiencia y la sabiduría de quienes habitan esos ecosistemas.

De sus relatos aflora clara y contundentemente el notable cariño por esos territorios. De allí, el límite autoimpuesto, para no avanzar más allá de lo que, perciben, es lo justo a tomar de la naturaleza que los/las rodea y de la que se sienten parte. Es conmovedor cómo expresan el respeto hacia esas especies vegetales y animales, como así también a sus riachos, arroyos y lagunas.

El mismo respeto y cariño que se percibe en el intercambio verbal entre isleños/as.

Será indispensable escuchar a las/os más antiguas/os pobladoras/res y rescatar de sus relatos las imágenes que ofrezcan que den cuenta de cómo era su entorno, fijando de esta manera los objetivos a conseguir. Esas “fotografías” emergidas de sus decires tendrán que estar presentes todo el tiempo en los diseños y estrategias que se decidan para intentar volver a aquel lugar que ha sido brutalmente violado y vulnerado.

Las/los que trabajan la tierra, crían sus animales y consiguen sus sustentos en las lagunas, arroyos, riachos y ríos, plasmarán sus vivencias y sugerirán los pasos a seguir para volver a contar con esos escenarios vitales, así como para establecer las normas y pautas de comportamiento con el fin de evitar que vuelva a suceder este atropello a los derechos de la naturaleza y humanos.

Las niñas y niños tendrán el mismo espacio de reflexión, porque seguramente podrán expresar sus sentires desde una mirada transparente, fresca, sin condicionamiento alguno, y parirán elementos muy importantes a tener en cuenta como ninguna otra persona lo haría.

Conclusiones

En resumen, deberán ser las isleñas e isleños quienes diagnostiquen, propongan, exijan, controlen, todo lo que junto a los demás actores propuestos por los Estados se decida hacer para conseguir la reparación deseada.

Nada debería quedar sin consultar a las comunidades que allí nacieron y que deciden todos los días habitar esos hermosos ecosistemas. Ellas y ellos son los principales guardianes de esa rica y abundante biodiversidad. Ellas y ellos conocen cada arbusto, cada árbol nativo, cada flor. Las decenas y decenas de aves lugareñas y de paso. Las múltiples especies de peces y reptiles. Ellas y ellos conocen como nadie los vientos, las correntadas, los olores.

Solo así, la naturaleza volverá a ser. Solo así, quienes allí desarrollan sus sanas vidas volverán a emocionarse con sus amaneceres y atardeceres. Solo así, las y los visitantes gozarán de cada rincón de los humedales y se irán de los mismos queriendo quedarse.

También, como ha sido siempre, será fundamental el “arte” en todas sus expresiones, para ayudar a cicatrizar las heridas en las personas. Efecto que seguramente trasladarán a la Naturaleza. Por ejemplo, la “Oración del Remanso”, canción del indispensable poeta y trovador Jorge Fandermole (intervenida por el autor de este informe):

“Tengo el color del río y su misma voz en mi canto sigo
El agua mansa y su suave danza en el corazón
Pero a veces oscura va turbulenta en la ciega hondura
Y se hace brillo en este cuchillo de pescador”.

Párrafos del texto hecho canción del enorme Jorge Fandermole. Un verdadero himno (entre otros), que ilustra de manera respetuosa e impecable la vida de cientos/as de isleñas/os, pescadores/as.

Sus sentires a flor de piel. Los más oscuros, como los más esperanzadores.

Soñando y hasta rogando a algún Dios que no los abandone.

“Cristo de las redes
No nos abandones
Y en los espineles

Déjanos tus dones”

La vida está ahí, en esos peces, en ese río, en esa canoa que les lleva hasta la luna para descansar.

“Llevo mi sombra alerta sobre la escama del agua abierta
Y en el reposo vertiginoso del espinel
Sueño que alzo la proa y subo a la luna en la canoa
Y allí descanso, hecha un remanso mi propia piel”

La vulneración a sus territorios atenta contra sus derechos a la alimentación, a la recreación y hasta les ha quitado la posibilidad de soñar. Manifestando algunas/os de ellos/as estar realmente agotados/as y desanimados/as para continuar.

“No pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone tristes
La sangre tensa y uno no piensa más que en morir
Agua del río viejo, llévate pronto este canto lejos
Que está aclarando y vamos pescando para vivir”

La música popular, las/los cantores de la zona han enriquecido las almas y han acompañado fielmente los pesares y alegrías de las/los habitantes del lugar.

“Calma de mis dolores, ay, Cristo de los pescadores
Dile a mi amada que está apenada esperándome
Que ando pensando en ella mientras voy vadeando las estrellas
Que el río está bravo y estoy cansado para volver”

Muchas de sus heridas fueron cicatrizadas escuchando bellas melodías, guardando en sus mentes y cuerpos palabras verdaderamente “sanadoras”.

“Soy de la orilla brava del agua turbia y la correntada
Que baja hermosa por su barrosa profundidad
Soy un paisano serio, soy gente del remanso Valerio
Que es donde el cielo remonta el vuelo en el Paraná”

Los incendios arrasan con todo, plantas, animales y ranchos.

El territorio va quedando devastado.

Las personas abatidas. Sus llantos no alcanzan para apagar los fuegos.

Las niñas y niños ya no sonríen ni juegan. Están aprendiendo a sofocar las llamas.

¿Podrán volver a sus vidas?

¿Recuperarán sus fuerzas y entusiasmos?

¿Volverán a encontrar en sus riachos, lagunas, peces, vientos y cielos estrellados, la esperanza, la paz, sus “sueños”?

Probablemente no dependa solo de ellos/as.

Será fundamental la mirada, y sobre todo “la poesía”, de las/los artistas populares.

Seguramente estos “fulanos” ya andarán amalgamando bellas y reparadoras palabras, que soltarán junto a tiernas melodías.

Y como siempre, casi mágicamente, serán un sostén indispensable de esas viditas, pobres, pero enormemente dignas.

“Agua del río viejo, llévate pronto este canto lejos
Que está aclarando y vamos pescando para vivir”

Ojalá el río se lleve pronto esta pesadilla.

Ojalá el río siga ofreciendo lo más preciado.

Ojalá las/los cantores/as logren transformar las imágenes del ecocidio en bálsamos curadores.

Documentación de respaldo

La documentación de respaldo proviene de:

-Multisectorial por los Humedales.

-Taller Ecologista (organización con más de 30 años luchando en defensa de los humedales).

-El Paraná NO se toca (organización socioambiental).

-Multisectorial Paren de Fumigarnos.

-Colectivo “Marcha Plurinacional de los Barbijos”.

-Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario.

-Museo Regional de Ciencias Naturales A. Scasso.

-Taller de Comunicación Ambiental.

  1. Trabajo elaborado en el marco del primer Curso de Peritaje e Investigación Comunitarias en Derechos de la Naturaleza, impulsado por la organización “Acción Ecológica” y la Universidad Andina Simón Bolívar (ambas de Ecuador).
  2. Propuesta Sur, Multisectorial Paren de Fumigarnos, Marcha Plurinacional de los Barbijos. mauricornaglia@hotmail.com